miércoles, 26 de octubre de 2011

Starbuck: una película impecable

Aunque la Seminci empezó el fin de semana para mi hoy ha sido la primera jornada. En un principio había pensado ver una película del ciclo "Spanish Cinema" pero finalmente, tras la recomendación de una amiga -muy acertada por cierto-, me decanté por una de la Sección Oficial: Starbuck

Se trata de una película preciosa y divertida, con un buen guión, una realización impecable y, sobre todo, un planteamiento muy simple pero a la vez tremendamente original. En ella Ken Scott, el director y guionista, narra la historia de David, un hombre que donó esperma a los veinte años  y que a los cuarenta -y cuando su novia está embarazada- se encuentra con que tiene 533 hijos fruto de sus donaciones y que 142 de ellos han emprendido acciones legales para saber quién es su padre.

Las risas están garantizadas y se van mezclando con momentos en los que el protagonista, interpretado por Patrick Huart, muestra su lado más entrañable, humano y desconocido.

No sé si será porque es canadiense pero me ha recordado a Juno en muchos aspectos, entre ellos la música.

A pesar de que puede parecer a simple vista un poco insulsa es una gran película. No creo que sea la favorita del jurado -están hechos de otra pasta y con unos gustos un poco especiales- pero a juzgar por las opiniones de los espectadores que puede escuchar a la salida del cine, podría ser la ganadora del premio del público. 

viernes, 21 de octubre de 2011

Ninguna persona merece morir asesinada

 Lo siento pero la muerte de Gadafi no me hace sentir bien. Al igual que la de Bin Laden o Sadam. No creo que el fin (acabar con una dictadura) justifique los medios (matar al dictador). Tampoco me parece razonable que estemos en contra de la pena de muerte para unas personas y para otras no.
A Sadam lo condenaron a muerte, por lo menos tuvo un juicio -aunque fuera de legitimidad dudosa- y después en todo el mundo pudimos ver como colgaba del cuello.  A Bin Laden lo frieron a tiros en la que parece una acción que no estaba destinada a atraparlo vivo y, a saber cómo acabó  porque las imágenes del cadáver no han salido a luz. Y Gadafi, en teoría, ha muerto "luchando" sin embargo, si nos fijamos en las imágenes es muy probable que no haya fallecido por un tiro durante el fervor de la batalla sino por un disparo destinado a rematarlo.

No podemos defender nuevas democracias ni luchar porque se cumplan los derechos humanos si después celebramos la muerte de ciertas personas. Es cierto que Gadafi ha sido un hombre terriblemente cruel y ha cometido mil atrocidades por las que debería haber pagado pero eso no justifica que no haya tenido un juicio y que haya saldado su deuda con la vida.

lunes, 17 de octubre de 2011

La vida de los libros

Las mañanas de domingo cuando no  las duermes suelen ser muy aburridas así que para pasar el rato fui al mercadillo que se instala en los alrededores del estadio de fútbol de Valladolid.  Por no variar estaba lleno de porquería vieja que me parece imposible que se pueda vender, de ropa interior y calcetines de mala calidad y de falsificaciones de todo tipo de artículos.

A pesar de esto, en ocasiones es fácil encontrar libros usados a muy buen precio. Normalmente hay que rebuscar entre las montañas de ejemplares de autor desconocido y de volúmenes "II" a los que les falta el "I". Sin embargo, ayer en el primer puesto de libros y con el primer vistazo que eché descubrí obras como Nuestra Señora de París de Víctor Hugo o, por la que me decanté, Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway.

Cuando pregunté el precio no me lo podía creer. ¡Solo 3 euros! Me lo tenía que llevar a casa, así que los pagué y seguí dando una vuelta con el libro debajo del brazo.  Cuando volvía hacia el coche se me ocurrió echar un vistazo al principio del libro y, ¡horror!, estaba dedicado. Y, para colmo, de una hija a su madre.

Eso ha provocado que no haya podido parar de darle vueltas al asunto. ¿Cuál habrá sido la "historia" del libro? ¿Qué habrá ocurrido para que una madre se deshaga de un regalo de su hija? ¿Se lo habrán robado? ¿Se habrán arruinado y habrán tenido que vender algunas de sus cosas?

Como nunca lo sabré, creo que lo mejor que puedo hacer es arrancar esa hoja para disfrutar de su lectura sin  pensar en la trayectoria que habrá recorrido hasta llegar a mi.

domingo, 5 de junio de 2011

Un texto que os recomiendo

Por casualidad me he encontrado con el siguiente texto que Arturo Pérez-Reverte publicó en El Semanal en el año 2003. En él narra una realidad de aquella época que ahora mismo se ha hecho más cruda todavía.
La mayoría me imagino que os veréis reflejados en el chico de la mochila y el currículum.

LA MOCHILA Y EL CURRÍCULUM de Arturo Perez Reverte

Llueve a ratos, y Madrid está frío y desapacible. Pasan paraguas al otro lado del escaparate de la librería de mi amigo Antonio Méndez, el librero de la calle Mayor. Estamos allí de charla, fumando un pitillo rodeados de libros mientras Alberto, el empleado flaco, alto y tranquilo, que no ha leído una novela mía en su vida ni piensa hacerlo -"ni falta que me hace", suele gruñirme el cabrón- ordena las últimas novedades. En ésas entra un chico joven con una mochila a la espalda, y se queda un poco aparte, el aire tímido, esperando a que Antonio y yo hagamos una pausa en la conversación. Al fin, en voz muy baja, le pregunta a Antonio si puede dejarle un currículum. Claro, responde el librero. Déjamelo. Y entonces el chico saca de la mochila un mazo de folios, cada uno con su foto de carnet grapada, y le entrega uno. Muchas gracias, murmura, con la misma timidez de antes. Si alguna vez tiene trabajo para mí, empieza a decir. Luego se calla. Sonríe un poco, lo mete todo de nuevo en la mochila y sale a la calle, bajo la lluvia.
Antonio me mira, grave. Vienen por docenas, dice. Chicos y chicas jóvenes. Cada uno con su currículum. Y no puedes imaginarte de qué nivel. Licenciados en esto y aquello, cursos en el extranjero, idiomas. Y ya ves. Hay que joderse.
Le cojo el folio de la mano. Fulano de Tal, nacido en 1976. Licenciado en Historia, cursos de esto y lo otro en París y en Italia. Tres idiomas. Lugares, empresas, fechas. Cuento hasta siete trabajos basura, de ésos de tres o seis meses y luego a la calle. Miro la foto de carnet: un apunte de sonrisa, mirada confiada, tal vez de esperanza. Luego echo un vistazo al otro lado del escaparate, pero el joven ha desaparecido ya entre los paraguas, bajo la lluvia.
Estará, supongo, entrando en otras tiendas, en otras librerías o en donde sea, sacando su conmovedor currículum de la mochila. Le devuelvo el papel a Antonio, que se encoge de hombros, impotente, y lo guarda en un cajón. Él mismo tuvo que despedir hace poco a un empleado, incapaz de pagar dos sueldos tal y como está el patio. Antes de que cierre el cajón, alcanzo a ver más fotos de carnet grapadas a folios: chicos y chicas jóvenes con la misma mirada y la misma sonrisa a punto de borrárseles de la boca. España va bien y todo eso, me digo. La puta España.
De pronto la tristeza se me desliza dentro como gotas frías, y el día se vuelve más desapacible y gris. Qué estamos haciendo con ellos, Maldita sea. Con estos chicos.
Antonio me mira y enciende otro cigarrillo. Sé que piensa lo mismo. En qué estamos convirtiendo a todos esos jóvenes de la mochila, que tras la ilusión de unos estudios y una carrera, tras los sueños y el esfuerzo, se ven recorriendo la calle repartiendo currículum en los que dejan los últimos restos de esperanza Licenciados en Historia o en lo que sea, ocho años de EGB, cinco de formación profesional, cursos, sacríficios personales y familiares para aprender idiomas en academias que quiebran y te dejan tirado tras pagar la matrícula. Indefensión, trampas, ratoneras sin salida, empresarios sin escrúpulos que te exprimen antes de devolverte a la calle, políticos que miran hacia otro lado o lo adornan de bonito, sindicatos con más demagogia y apoltronamiento que vergüenza. Trabajos basura, desempleos
basura, currículums basura. Y cuando el milagro se produce, es con la exigencia de que estés dispuesto a todo: puta de taller, puta de empresa, boca cerrada para sobrevivir hasta que te echen; y si tienes buen culo, a ser posible, deja que el jefe te lo sobe. Aún así, chaval, chavala, tienes que dar las gracias por los cambios de turno arbitrarios, los fines de semana trabajados, las seiscientas horas extras al año de las que sólo ochenta figuran como tales en la nómina. Y si encima pretendes mantener una familia y pagar un piso date con un canto en los dientes de que no te sodomicen gratis. Flexibilidad laboral, lo llaman Y gracias a la flexibilidad de los cojones se han generado, dice el portavoz gubernamental de turno tropecientos mil empleos más, y somos luz y fan de Europa. Guau. Gracias a eso, también, un chaval de veintipocos años puede disfrutar de la excitante experiencia de conocer ocho empleos de chichinabo en tres o cuatro años, y al cabo verse el la calle con la mochila, buscándose la vida bajo la, lluvia.
Partiendo una y otra vez de cero. Flexibilidad laboral. Rediós. Cuánto eufemismo y cuánta mierda. A ver qué pasa cuando, de tanto flexionarlo, se rompa el tinglado y se vaya todo al carajo, y en vez de currículums lo que ese chico lleve en la mochila sean cócteles molotov.

El Semanal, 9 de febrero de 2003

martes, 3 de mayo de 2011

¿Se acabará la rabia?

En la mayoría de las ocasiones cuando el perro muere no se acaba la rabia. Aunque muchos han celebrado por todo el mundo la muerte de Osama Bin Laden eso no quiere decir que con él se termine el terrorismo islamista.

Los yihadistas no vagarán sin rumbo esperando unas órdenes que no llegan ya que hace tiempo que no las reciben directamente de Bin Laden. Tras las guerras de Irak y Afganistán, la estructura piramidal de Al Qaeda, con el saudí a la cabeza, ha cambiado por otra estructura atomizada, la de las famosas células repartidas por diversos países,  sobre todo del Magreb y Oriente Medio. Cada uno de estos grupos se organiza y planea sus atentados de forma independiente sin necesidad de un líder absoluto. Por lo tanto todavía es pronto para calcular las consecuencias que puede tener la muerte de Bin Laden.

La ejecución tampoco se debería festejar porque es otra forma de apoyar la pena de muerte. Además, con el asesinato no se ha hecho justicia ni se ha vengado a las víctimas de todos sus atentados sino que se ha provocado otro fallecimiento que puede generar más ansia de venganza.

Y todo esto en el caso de que ese cadáver  sea el del verdadero Osama... Es extraño que todavía no haya aparecido ninguna imagen del cuerpo (más raro teniendo en cuenta que la ejecución de Sadam se mostró al mundo) y que, supuestamente, lo hayan enterado con tanta rapidez en el mar como han dicho los medios de comunicación.

sábado, 12 de marzo de 2011

Concentración de millones

Es difícil y largo de explicar por qué pero el caso es que hoy me he puesto a pensar en las concentraciones de coches de alta gama como los Ferrari. ¿Por qué sus propietarios se juntan y los exponen?
Los conductores del resto de vehículos no llevan a cabo esta práctica por muy especiales que sean sus coches. Sin embargo, la gente con un alto poder adquisitivo lo hace.
Tras pensarlo detenidamente consigo idear dos explicaciones totalmente opuestas a este fenómeno. Por una parte, se podría pensar que muestran sus Ferraris para que los pobres, que no tendremos uno jamás, los podamos ver de cerca. Es decir, lo hacen como una especie de favor hacia los demás, una "obra social".  Pero, también cabe la posibilidad de que realicen estas reuniones para ponernos los dientes largos y hacer gala de sus riquezas.

A mi caótica cabeza viene también la imagen de concentraciones de coches antiguos que, aunque también llevan aparejado el lucimiento de sus propietarios, tienen una utilidad: sirven para mostrar una parte de la historia.


Para los dueños de los coches de lujo seguro que su vehículo tiene menos valor que para mi el mio que no cuesta ni tres mil euros. Ellos pueden permitirse tener varios automóviles y, sin embargo, yo si me quedo sin el mio no me podría comprar otro con el dinero que me paguen por él.

lunes, 21 de febrero de 2011

Qué será lo próximo?

Cuando Telecinco compró a Cuatro temí que el estilo de la primera se pasara a la segunda, sin embargo tenía una pequeña esperanza de que no intoxicaria a su nueva adquisición.
Mis miedos no solo se hicieron realidad en poco tiempo sino que, a medida que pasan los días, han sobrepasado todos los límites.
Primero CNN+ se convirtió en Gran Hermano 24 horas y ahora me entero de que van a prescindir del programa Reporteros Cuatro (REC).


Solo puedo encontrar una explicación a esto y es que Telecinco tiene alergia a todo lo que suene a calidad.
Jon Sistiaga y sus extraordinarios reporterios -en especial David Beriain- se quedan sin programa, los espectadores nos quedamos sin uno de los mejores espacios que existía en la televisión y los que intentamos ser periodistas sin un gran referente. Mientras tanto, Belén Esteban, Jorge Javier Vázquez, Lidia Lozano, Karmele y compañía, es decir, los primeros que se merecerían estar en la cola del paro, permanecen en sus puestos ocupando horas y horas de parrilla con su incultura, mal gusto y estupidez.

martes, 15 de febrero de 2011

Apagar y volver a empezar

Hoy por fin he conseguido apagar la tele y, aunque sigo como pegada al sofá, me siento mejor conmigo misma.
Han aparecido nuevas motivaciones que me han movido a dejar a un lado a la caja (cada vez más) tonta.
Así he descubierto que mi excesiva afición a la televisión de estos últimos meses no se debía a un cambio en mis gustos sino a una larga situación de apatía que se producía por la falta de otras actividades interesantes.


Espero que pulsar el botón de off sea una señal de que se va a producir un cambio radical.

viernes, 4 de febrero de 2011

En un mundo nuevo e infeliz

Allá por los años 70 Karina cantaba a toda Europa en Eurovisión que si vivías en paz, con fe y con amor, al fin del camino llegarías a "un mundo nuevo y feliz" en el que "tus sueños se harán realidad". Sin embargo,  ahora parece que ese buen momento del que hablaba la adorable cantante se ha acabado y ha dado paso a otro nuevo mundo pero esta vez infeliz y en el que los sueños no se hacen realidad por más que lo intentes.
Y es más difícil si cabe para los jóvenes que hemos estudiado, que nos hemos esforzado y ahora no conseguimos un trabajo acorde a nuestros conocimientos o si lo tenemos es en unas condiciones muy malas.
La mayoría somos afortunados por tener unos padres generosos y que todavía conservan el trabajo pero hay muchas personas a las que nadie puede ayudar.
Es muy duro ver a un hombre intentando robar unas cuchillas de afeitar. Pero es más duro escucharlo decir, cuando lo descubren, "solo quería afeitarme, lo siento mucho, de verdad". Debe de ser terrible no tener dinero ni siquiera para arreglarse un poco y lucir una imagen digna.
Para rematar la semana de drama social en el que las escenas de las películas se hacen reales ha hecho su aparición la sangre. Una sangre que brotaba de la cabeza de un hombre que había sufrido un desfallecimientoe en la calle y lo rodeaba formando un charco. Una escena propia del cine que jamás creí que iba a encontrarme en la vida real y que me ha hecho pensar en lo fina que es la línea entre la vida y la muerte.

Lo siento Karina. Ojalá existiera ese mundo nuevo y feliz.

miércoles, 26 de enero de 2011

Echando humo

Después de pasarme todo el día metida en los estancos escuchando comentarios de los fumadores enfadados por la ley anti-tabaco pongo la tele y me encuentro a más fumadores en un reportaje de Comando Actualidad. Se repiten los argumentos: "somos unos apestados", "mucha gente se muere y nunca han fumado", "los bares viven de los fumadores", etc, etc, etc. ¿Por qué no entienden que es malo para su salud y que molestan a los demás con su humo?


Sara Montiel estaba divina fumando pero, recordad, fumaba en su casa donde no molestaba a nadie. Es decir, en ese sitio donde aun no han prohibido fumar aunque muchos digan que ya no se puede en ninguna parte.

martes, 25 de enero de 2011

Cuando todo parecia perdido... llegó Audrey!!

Una llamada perdida a media noche justo cuando me empezaba a quedar dormida hizo que descubriera algo molesto debajo de mi almohada al intentar acomodarme para coger el sueño de nuevo. Sorprendentemente eso que no me permitia dormir fue lo que me ayudó a conciliar el sueño y lo que puso fin a las pesadillas que me habían desvelado las últimas semanas.
Solo era un regalo cuadrado y duro, que tras el papel ocultaba un libro lleno de fotos de Audrey Hepburn. Un regalo más para la mayoría y que, sin embargo, hizo que algunas cosas cambiaran mucho. De esta forma lo que parecía que iba a desaparecer surgió de nuevo.
Con un solo detalle nos podemos dar cuenta de que las cosas que se habían perdido no se han borrado para siempre sino que siguen ahí. Solo hay que mirarlas de una forma nueva.

sábado, 22 de enero de 2011

Mi primera entrada

Soy nueva en esto. Me siento un poco rara contando cosas aquí porque no creo que interese a nadie lo que yo pueda escribir. Quizás hago esto porque me han animado o para sentirme mejor o simplemente para poder poner por escrito lo que pienso o porque últimamente estoy un poco aburrida de todo. Quizás sea una combinación de cosas...