lunes, 21 de mayo de 2012

Mamá Tunza

Hacer zapping y encontrarte con algo en la tele que valga la pena no tiene precio, y eso me pasó ayer. Por la tarde, en TVE repitieron -para hacer tiempo mientras no empezaba el partido de Nadal- un reportaje de Vicente Romero para Informe Semanal titulado "El milagro de Mamá Tunza" que yo no había podido ver cuando lo estrenaron. (Lo podéis ver todavía aquí, es más, deberíais verlo ).
Cuenta la historia de Mamá Tunza, una mujer pobre, muy pobre, de Nairobi que desde que se encontró a un bebé abonadonado en la basura no ha parado de recoger niños de la calle. Por su casa han pasado más de 350 pequeños a los que ha dado un hogar y una educación solo con algunas ayudas de la gente. Y a los que, sobre todo, les ha proporcionado algo que no se paga con dinero: mucho cariño.

 
Me ha sorprendido la generosidad de Mamá Tunza. Apenas tiene para comer ella pero ha abierto su casa a todos los niños que la han necesitado. Su fuerza, su tesón y su valor para sacar adelante ese "proyecto" solidario también es admirable. Sin embargo, lo que me ha parecido más curioso es el contraste con los países más desarrollados donde nos pensamos mucho si tenemos hijos por miedo a no poder pagarles todos los caprichos, mientras que en ciertas zonas subdesarrolladas tener un plato de comida y cariño es más que suficiente para salir adelante.
Nos hemos creado demasiadas necesidades materiales sin las que ya resulta imposible vivir y que, cuando no tenemos dinero para acceder a ellas, nos vuelven cada vez más infelices. Quizás, como dice la canción de Macaco,  "volver al origen no es retroceder".