martes, 3 de mayo de 2011

¿Se acabará la rabia?

En la mayoría de las ocasiones cuando el perro muere no se acaba la rabia. Aunque muchos han celebrado por todo el mundo la muerte de Osama Bin Laden eso no quiere decir que con él se termine el terrorismo islamista.

Los yihadistas no vagarán sin rumbo esperando unas órdenes que no llegan ya que hace tiempo que no las reciben directamente de Bin Laden. Tras las guerras de Irak y Afganistán, la estructura piramidal de Al Qaeda, con el saudí a la cabeza, ha cambiado por otra estructura atomizada, la de las famosas células repartidas por diversos países,  sobre todo del Magreb y Oriente Medio. Cada uno de estos grupos se organiza y planea sus atentados de forma independiente sin necesidad de un líder absoluto. Por lo tanto todavía es pronto para calcular las consecuencias que puede tener la muerte de Bin Laden.

La ejecución tampoco se debería festejar porque es otra forma de apoyar la pena de muerte. Además, con el asesinato no se ha hecho justicia ni se ha vengado a las víctimas de todos sus atentados sino que se ha provocado otro fallecimiento que puede generar más ansia de venganza.

Y todo esto en el caso de que ese cadáver  sea el del verdadero Osama... Es extraño que todavía no haya aparecido ninguna imagen del cuerpo (más raro teniendo en cuenta que la ejecución de Sadam se mostró al mundo) y que, supuestamente, lo hayan enterado con tanta rapidez en el mar como han dicho los medios de comunicación.